Uno de los desastres más
grandes de la humanidad fue el estallido de una guerra innecesaria para el
mundo. La segunda Guerra mundial dejo una gran consecuencia mundial, si lo
miramos desde la demografía mundial murieron alrededor de 55 millones de
personas. Por un lado económico, Europa estaba desbastada industrialmente,
mientras que EEUU se transformó en el primer acreedor mundial. En política, los
países occidentales empezaron a polarizar el fascismo y conformar republicas
democráticas, mientras que por el lado oriental el bloque soviético comenzó a
expandirse. Esto hecho genero mucha controversia, ya que le mundo comenzó a
dividirse en dos grandes súper potencias, por un lado los fieles seguidores de EEUU y por el otro
la URSS. Esta polarización del mundo es conocida como la “Guerra Fría” un enfrentamiento
en distintas índoles, tales como político, económico, social, militar. Todo
esto a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, como lo aseguran la mayoría
de los historiadores, pero realmente este conflicto tiene cabida desde la
primera guerra mundial (Berstein, 1996).
Viendo el mundial de futbol
con mi padre salió un tema a la palestra sobre La vieja Yugoslavia. Él me
contaba de sus conocidos yugoslavos -ahora croatas- y cómo fue su importancia en
gran parte del siglo XX. La conversación
no termino solo ahí, mi madre, muy sabia ella, hizo un comentario que me
hizo mucho sentido para este ensayo:
“Qué tanto hablan de los yugoslavos, los jefes de tu abuelo Carlos eran de
allá”. Mi interés por conocer más este extinto país aumentó cada vez más.
La ex Yugoslavia comprometía
a gran parte de Europa del este, en la actualidad el ex territorio yugoslavo es
ocupado por: Bosnia y Herzegovina, Croacia, Montenegro, República de Macedonia,
Serbia, Eslovenia y Kosovo. Su comienzo fue muy espontaneo, las consecuencias
tras la desintegración del imperio Austrohúngaro en 1919 va a formar pequeñas
monarquías insipientes que terminaran uniéndose, en 1929, en el reino de
Yugoslavia. La construcción de Yugoslavia como un país
federalista se debe a una construcción política brindada por los partidos comunistas
del sector liderado por Josip Broz, más conocido como Tito. A partir de 1945
los partidarios marxistas se apoderan de los aparatos organizadores de esa
región, a partir de esto se fue solventando una conciencia liberadora -o
moderna- a los ciudadanos gobernados por un régimen monárquico. Lentamente van
teniendo un apoyo absoluto por parte de los diferentes pueblos del territorio
en cuestión, permitiendo así acabar con el reinado serbio y transformándolo en
una “república federal popular” con una constitución soviética. Para Berstein, Yugoslavia aparece entonces como el mejor
alumno de la URSS en la óptica comunista (Berstein, 1996, pág. 160) . Los primeros años
de gestión fueron muy normalistas frente a la doctrina marxista que imponía la
Unión Soviética en el siglo XX, pero a pesar de esto y frente a toda la
admiración que tenía el Mariscal Tito a Stalin, sentía pertinente ser valorado
como él. Este hecho fue abriendo lánguidamente un distanciamiento entre Stalin
y Tito. Este hecho, para Berstein, es fundamental, ya que se multiplicaran las
tensiones que existen entre la URSS y Yugoslavia. La dirigencia de Tito plasmo
un crecimiento económico, nuevos proyectos comunistas que se alejaban del
clásico marxismo soviético practicado por Stalin, y se permitió una tolerancia
cultural, la cual favoreció al desarrollo social en este inmenso país. A pesar
de estos despliegues políticos, se amplió la corrupción, lo cual fomento la
fragmentación por la tendencia autárquica de las repúblicas. De esta manera la
desigualdad entre una y otras partes de esta región se empezó a notar. Las
diferentes propuestas económicas, el apoyo a naciones no alineadas, son algunas
las causantes de esta separación total entre estalinistas y los seguidores del
mariscal Tito. Finalmente el 11 de agosto de 1956, la URSS rompió relaciones
diplomáticas y condenó al régimen de Tito, tildándolo de
"desviacionista" y "enemigo jurado de la Unión Soviética" (Ocaña, 2003) , esto significó un
gran “pero” en su continuidad socialista y dudas en los líderes de la URSS. ¿Qué
genero esto? Una negación a participar en el Pacto de Varsovia y en la OTAN,
tratos fundamentales para una alineación con el sector socialista. Fue tanto el
rechazo de este insipiente país que fue uno de los fundadores de los países “No
alineados”, organizando la primera cumbre en Belgrano (1961).
Hobsbawn, comenta con
certeza que las revoluciones -refiriéndose al alero socialista impuesto por
Stalin- realmente hechas fueron realizadas contra el consejo de Stalin (Hobsbawn, 1994) . La desintegración
de este país fue por varias causas y consecuencias, de primera instancia puedo
encontrar un problema espacial, ya que al tener una diversidad cultural,
racial, política y religiosa fue complicado mantener unificada está región, la
construcción nacional no es una acción de rápida configuración, sino que hay un
trabajo periódico y maquiavélico muy elaborado por atrás. Otra razón, y para
muchos historiadores es la causa de esta separación, fue la muerte de tito en
1980 ¿Qué pasó? Se desequilibró el poder central que mantenía tito por su
legitimidad y carisma. Además se produjo una renovación parcial en algunas
repúblicas de la federación yugoslava. Las crisis económicas y sociales
avanzaban, es por esto que cada República actuó para preservar sus propios
intereses, todo esto con el apoyo de una ferviente elite política de cada
sector. Para resumir, cada región empezó a tener sus propios intereses
políticos, económicos y sociales, lo cual termino con el fin de esta inmensa
nación.
En este ensayo reflexionamos
sobre como un conflicto –como la Guerra Fría- deriva a la creación de otro – la
evolución de Yugoslavia- . Dos ejemplos que nos pueden llevar a discutir varias
aristas, pero esencialmente vemos aquí como los trances sociales, políticos y
económicos van a ir repercutiendo en otras zonas geográficas. Yugoslavia es un
ejemplo, pero las consecuencias de esta
guerra fueron exteriores a las zonas de conflictos y que nos trascienden hasta
nuestros días.
Bibliografía
Berstein, S. (1996). los regimenes politicos del
siglo XX. Barcelona: Ariel.
Hobsbawn, E. (1994). Historia
del siglo XX. Reino unido: Penguin Group .
Ocaña, J. C. (2003). Recuperado el 23 de Junio de
2014, de historia del siglo XX:
http://www.historiasiglo20.org/GLOS/cismayugoslavo.htm
Autor: Carlos Rojas.
Estudiante de cuarto año de Pedagogía en Historia.
Fecha: 10 de junio de 2014.



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